miércoles, 2 de abril de 2008

Los ex-socios del MAS

J. Lizandro Coca Olmos

Es paradójico que muchos (lo que implica que no todos) de los que hoy protestan contra el gobierno del MAS hayan sido sus socios en la destrucción del gobierno de Carlos Mesa y es, además, bueno recordarlo.

Durante el período 2004-2005 presenciamos un trabajo conjunto entre Evo Morales y su partido, y muchos de los dirigentes que hoy dicen pretender salvar a Bolivia de la irracionalidad del gobierno. Era una alianza no anunciada ni planificada, una alianza de facto para deshacerse de un escollo en el camino a la toma del poder.

Con una horrorosa falta de sentido de la historia, y con una terrible carencia de espíritu democrático, partidos políticos como el MNR, MIR, NFR, y personajes como Mario Cossio, Hormando Vaca Diez, Rubén Costas, y Branco Marincovic, entre muchos otros hicieron todo cuanto estuvo en sus manos para conseguir el alejamiento de Mesa del gobierno. Pensaban, ingenuamente (como piensan estúpidamente hoy), que existía alguna posibilidad de que representaran una opción viable o ¿esperanzadora? para el conjunto de los bolivianos, y decidieron lanzarse a nuevas elecciones, pero primero, tenían que deshacerse del "equilibrista"

El "equilibrismo" de Mesa, que en buenos términos implicaba la posibilidad de la recomposición de la sociedad boliviana a través de una acertada visión del momento histórico que se vivía, y que requería de iniciar responsablemente y de manera controlada, los procesos de autonomías departamentales, asamblea constituyente y, por supuesto, un redireccionamiento en la política hidrocarburífera, destinado a la readecuación de las reglas de juego con nuestros socios extranjeros, acorde a los nuevos precios internacionales. Además, el gobierno de Mesa le otorgaba a la democracia boliviana la oportunidad de lograr que la política, y no las calles, fuera el verdadero escenario de resolución de conflictos.

Entonces, no es que el Presidente Mesa haya intentado endulzar los oídos de la extrema izquierda y el conservadurismo, ambos son proyectos inviables para cualquier sociedad (si es que se le puede llamar proyecto a sus posturas irracionales), ambos proceden con acciones fascistoides, y ambos, antes de combatir entre si por destruirse, destrozaron la pequeña isla de libertad que representaba una posibilidad de esperanza para la gran mayoría de los bolivianos. Lo que se intentaba, desde mi punto de vista, era lograr la reconstitución de la bolivianidad, rescatando los muchos aspectos positivos de nuestra construcción republicana, incluyendo muchas de las demandas razonables de los grupos sociales inconformes, y corrigiendo muchos de los aspectos de la política y la economía que funcionaban de manera deficiente.

Pero los partidos y personajes que siempre se beneficiaron de los privilegios de poder nunca hubieran aceptado esta clase de "equilibrismos". La corrupción, los créditos vinculados, las licitaciones dirigidas y muchos otros (prácticas que también se ven con el MAS) fueron y son la razón de ser de nuestros viejos políticos, y el único fin por el que acudieron al medio de la política. Lo que, dicho sea de paso, los hace ser cualquier cosa menos liberales.

En los hechos, tanto las tendencias del MAS por volver a la época tribal, como las prácticas mercantilistas de las viejas elites políticas, son actitudes típicas de los partidarios de la sociedad cerrada y, por lo tanto, enemigos de la sociedad abierta. Podríamos decir entonces, que el monstruo de la sociedad cerrada tiene dos cabezas que se llevan muy mal entre si, y que la fuerza de la sociedad abierta, aunque apoyada mayoritariamente por ciudadanos, no ha logrado aun encontrarse a si misma, articularse e identificar su posición.

Es evidente que los ex-socios de Evo Morales nunca sospecharon que les iría tan mal el 2005 (y tan bien al MAS), y que hoy creen (con su inexistente perspectiva histórica de siempre) que derrotado Morales les volverá a tocar el turno. No será nada raro ver nuevamente a los ineptos de Tuto Quiroga y Doria Medina pretendiendo nuevamente ir a la presidencia. ¿Esto quiere decir que hay que apoyar al gobierno y/o qué hay que rechazar las autonomías? Mientras el MAS se porte irracionalmente habrá que resistir su avasallamiento hasta el final de su gestión, y las autonomías hay que aceptarlas pero teniendo en cuenta que no deben quedar en manos de los de siempre. Entre tanto, esperemos que en algún momento los defensores de la sociedad abierta presenten una opción política y, a través de ella, nos propongan su nueva visión de país.

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