miércoles, 30 de abril de 2008

Por el bien común

Luis Christian Rivas Salazar

El Superintendente de Empresas, Rolando Morales, justifica los alcances del D.S. Nº 29519 (Medidas en defensa del consumidor que influyan negativamente en el mercado provocando especulación de precios). También tenemos los D.S. Nº 29460 (Prohibición a las exportaciones), D.S. Nº 29480 (Ampliación de productos de exportación restringida). Así, el Estado es una especie de Robin Hood, sui generis, que no permitirá que Goliats empresarios afecten el bien común.

Lo cierto es que el gobierno está incurriendo en una conducta restrictiva a la libre competencia, aspecto que viene siendo analizado por Pablo Sevilla Encinas, de cuyo análisis, presento lo siguiente:

La GATT (Acuerdo General de Aranceles Aduaneros), acuerdo en plena vigencia y suscrito en Ginebra en 27 de enero de 1993, ratificado mediante Ley Nº 1549 de 28 de marzo de 1994, y el Acta Final de la Ronda de Uruguay, que incorpora los resultados de las negociaciones comerciales multilaterales del Acuerdo GATT, acuerdos suscritos por Bolivia en ocasión de la Reunión Ministerial de Marrakech, ratificado por Ley Nº 1637 de 5 de julio de 1995, establece en su Artículo XXXVI, parágrafo 1º: Para que haya elevación del nivel de vida y desarrollo progresivo de las economías, las exportaciones desempeñan un papel vital en el desarrollo económico. El parágrafo 2º, dice: Es necesario asegurar un aumento rápido y sostenido de los ingresos de exportación, y, el parágrafo 3º, menciona que: Es necesario realizar esfuerzos positivos para que los países poco desarrollados obtengan una parte del incremento del comercio internacional que corresponda a las necesidades de su desarrollo económico.

Asimismo, la Decisión 608 de la Comunidad Andina de Naciones (Normas para la protección y promoción de la libre competencia en la Comunidad Andina), en su Capítulo III, Art. 7 dice que se presume que constituyen conductas restrictivas a la libre competencia, entre otros, los acuerdos que tengan el propósito o el efecto de: a) Fijar directa o indirectamente precios u otras condiciones de comercialización; b) Restringir la oferta o demanda de bienes o servicios; d) Impedir o dificultar el acceso o permanencia de competidores actuales o potenciales en el mercado.

Por mi parte, puedo manifestar que el D.S. 21060 en su art. 49, nos dice que: "Los bienes y servicios en general podrán exportarse libremente. Por consiguiente, todo producto industrial, artesanal, minero, agropecuario u otro, cuyo cultivo o elaboración sean lícitos, podrá exportarse sin necesidad de permisos o licencia previas…". Mientras subsista este decreto, tenemos la esperanza de tener libertad económica.

Asimismo, el art. 72 del mismo, nos dice: "A partir de la fecha (1985) se determina que los precios de bienes y servicios en todo el territorio de la República, se establecerán libremente". Lo que significa que los precios, los establece la oferta y la demanda, el mercado.

La Constitución Política del Estado, todavía vigente en su Artículo 7º d), sobre los Derechos Fundamentales indica que toda persona tiene derecho: "Al trabajo y a dedicarse al comercio, la industria y a la profesión, oficio o actividad económica lícita de su elección, en condiciones que no perjudiquen el bienestar colectivo".

Por todo lo anteriormente dicho, podemos decir que existe incompatibilidad entre las decisiones tomadas por el gobierno en contra de los agricultores, empresarios, gremiales, transportistas, cargadores y las normas legales nacionales e internacionales vigentes entre nuestro país, por un supuesto bien común.

Sobre los conceptos de "bienestar colectivo", el "bien común", el "interés social", "función social", "interés colectivo", "función social" han servido y sirven como eslogan para justificar la imposición de la tribu, la tiranía. El grado de esclavitud o libertad del individuo se mide por la mayor invocación o ignorancia del slogan en ciertas sociedades. Según la filósofa Ayn Rand, "El bien común" (o "el interés público") es un concepto indefinido e indefinible, porque "el público", "lo colectivo" es simplemente un número de individuos. El concepto de "bien común" carece de significación, salvo que se le tome en sentido literal, en cuyo caso el único significado posible es: la suma del bien de todos los individuos considerados, pero: ¿cuál es el bien de todos los individuos y cómo se determina?

La razón por la que son aceptados dichos conceptos, es porque los mismos, son ambiguos, elásticos, místicos, y, suelen ser apaleados para justificar moralmente decretos y decisiones políticas, que en el fondo son inmorales, ya que recurriendo a lo etéreo, se entrega un justificativo a los políticos para escapar de lo moral y lo legal.

Aceptar el "bien común", es apelar a una especie de "bien de la mayoría", lo que significa según el razonamiento de Rand, que el bien de "algunos" hombres adquiere prioridad sobre el bien de otros, quedando estos otros relegados a la condición de animales para sacrificio. Pero si violamos el derecho de un individuo, abolimos todos los derechos.

En Bolivia, cabe preguntarse con Rand: ¿Es el hombre un individuo soberano, dueño de su persona, su mente, su vida, su trabajo y los productos de éste?, ¿o es el hombre propiedad de la tribu (del Estado, la sociedad, la colectividad), la cual puede disponer de él a su antojo, dictar sus convicciones, prescribir el curso de su vida, controlar su trabajo y expropiar sus productos? ¿Es el hombre boliviano libre o tiene trabas estatales para trabajar y producir para mantener su vida?

Santa Cruz

J. Lizandro Coca Olmos

En cuatro días (el 4 de mayo) Santa Cruz le demostrará a Bolivia que ha decidido ser la sociedad líder de los cambios políticos que llevan a la modernidad, en contraposición a la actual moda de la involución hacia el tribalismo arcaico.

Y no es que los cruceños no hayan demostrado con anterioridad su afán por superar al occidente de Bolivia en todos los campos posibles. Precisamente la puesta en marcha de su autonomía departamental constituirá la señal contundente del liderazgo de Santa Cruz, el primer cambio revolucionario boliviano del siglo XXI, y el principio de la construcción de una república adecuada al nuevo milenio.

La señal contundente porque, como ya lo he dicho, el oriente boliviano, encabezado por Santa Cruz, nos ha venido demostrando que es posible articular un modelo de desarrollo que funcione exitosamente, alejándonos de la matriz monoproductiva y dejando de lado la siempre repetida historia de la exportación de materia prima. Es decir, vencer a lo que Roberto Laserna llama "la maldición de los recursos naturales" e implementar un modelo de desarrollo basado en la producción de múltiples bienes con valor agregado, en una economía de escala, y con mayor potencial de generación de empleo. El empresariado oriental, con su espíritu emprendedor, su audacia y entereza, ha demostrado de sobra su superioridad frente a las viejas aristocracias empresariales de occidente (digo viejas porque en El Alto hay unas nuevas que también poseen una visión fresca de empresa). Santa Cruz casi ha dejado de tomar a sus políticos y dirigentes como farándula porque, a diferencia de occidente, posee una verdadera farándula que enorgullece y representa a Bolivia en el exterior. En los últimos años hemos visto cómo los cruceños consolidan y fortalecen lo que algunos denominan "intelectualidad camba" proponiendo visiones y debates para la agenda del pensamiento nacional. Y para probar todo esto no se necesita ni encuesta ni estudio alguno, es cuestión de lógica, la migración interna es muestra suficiente, las personas se van a donde las cosas están mejores, donde hay mayores oportunidades y donde existe mayor desarrollo. Las autonomías departamentales, como una forma de lograr que cada departamento tome las riendas de su propio destino, que asuma la responsabilidad de su desarrollo y demuestre su mayoría de edad, es la nueva visión de país que iniciará Santa Cruz, y a la que debemos sumarnos los bolivianos.

Es el primer cambio revolucionario boliviano del siglo XXI, entendiendo como "revolucionario" un proceso que modifique profundamente la dinámica social de una nación (y no las idioteces armamentistas de los izquierdistas del paleolítico), porque le dice adiós a la exclusividad de las decisiones tomadas en La Paz (que fue nuestra dinámica durante casi doscientos años de república), y porque al destruir casi por completo la camisa de fuerza del centralismo, generará procesos diferenciados de evolución y adecuación del poder político y económico de acuerdo a las particularidades culturales y geográficas de cada departamento. Es decir, Bolivia seguirá siendo una sola (a no ser que los necios del gobierno nos arrastren al enfrentamiento) pero con características aun más marcadas dependiendo de la región en la que nos encontremos. Así es, creo que las autonomías no solo serán un mecanismo de respeto a la diversidad, sino que la promoverán y enriquecerán.

El principio de la construcción de un Bolivia para el nuevo milenio, porque los nuevos tiempos requieren de mayor eficiencia institucional, económica, social, política, etc. Nadie en su sano juicio, en pleno 2008, plantearía que la mayor concentración del poder y la centralización de los procesos es beneficiosa para ninguna sociedad (lo hacen los del MAS, pero por eso escribí "nadie en su sano juicio"). Ni siquiera las grandes transnacionales y los grandes capitales piensan hoy en crear empresas paquidérmicas que concentren todo, y más bien lo que buscan es integrar redes de pequeñas y medianas empresas, o descentralizar y subsidiarizar, porque eso es lo que funciona en pos de mejorar la productividad, la competitividad y conseguir mayores beneficios.

Desde aquí que sepa Santa Cruz, la ciudad cuyo aire fue el primero que inhalaron mis pulmones, que el mío es un voto más por el "si". Un voto que lamentablemente no estará registrado en la Corte Departamental Electoral, pero que siempre estará presente en mi corazón y en mi alma. ¡Vamos por el "si", por la autonomía, que nada ni nadie nos detenga!

sábado, 26 de abril de 2008

El consumo, el ingreso y el voto

Mauricio Ríos García

Resulta fascinante poder leer en forma instantánea y a miles de kilómetros, acerca de lo que piensan los autores de los textos más importantes con los que uno construyó su criterio. El pasado 31 de marzo, Dani Rodrik propuso una figura en Internet, construida por Larry M. Bartels en su nuevo libro Unequal Democracy, y la consideró como "una de las que más decía sobre la política económica de los Estados Unidos, entre las que jamás hubiera visto".

No es un tema sencillo, pero intentaremos no dar demasiada vuelta.

Se trata de una figura que muestra el crecimiento del ingreso en diferentes sectores de la población, cuando el presidente de turno es republicano o demócrata. Lo que el autor intenta demostrar -en otras palabras-, es que cuando un republicano es presidente, las personas que perciben mayores ingresos, experimentan un ingreso real más sostenido que aquellos que perciben menos, y la situación se presenta en forma inversa cuando un demócrata es presidente.

Al día siguiente de que Rodrik presentara la figura de Bartels, Paul Krugman (otro de los economistas más prestigiosos en EE.UU.), se manifestó al respecto: "Soy un fiel seguidor de Bartels, y por mucho tiempo he sabido sobre este resultado, pero nunca lo escribí, ¿por qué?, porque aún no puedo imaginar un mecanismo plausible que pueda demostrarlo. Sin embargo, estoy seguro de que la política tiene un fuerte efecto sobre la distribución del ingreso, pero para mí es un desafío demasiado grande el poder demostrarlo". En otras palabras, Krugman reconoce que se trata de un buen trabajo, pero le resulta difícil no observarlo con escepticismo, aunque al mismo tiempo sepa que su actitud puede costarle más tarde, a medida que la ciencia avanza y las evidencias son más contundentes.

Entonces, si los demócratas generan un mejor ingreso para la gente y particularmente para quienes tienen ingresos más bajos, ¿por qué no siempre ganan? Lamentablemente, sólo conoceremos la respuesta de Bartels, una vez que su libro esté a la venta. Sin embargo, Rodrik pudo acercarse con la siguiente idea: el sector más pobre de los americanos votan por un presidente republicano por razones culturales o a los americanos no les interesa la desigualdad.

Aunque sería saludable saber si nos serviría esa figura por estos lados, primero habría que averiguar ¿Cuán desigual es Bolivia realmente? Esta es la pregunta que Lykke Andersen plantea en un artículo del pasado 11 de enero, para lo cual responde que no es necesario calcular el coeficiente de Gini para saber que Bolivia es desigual, cuando se observa familias que viven en un solo cuarto, sin ningún servicio básico y otras que viven en mansiones con una sala de cine, piscina y gimnasio entre otras cosas. Sin embargo, no hay que caer en observaciones casuales.

El caso que se presenta en EE.UU. es similar, gente pobre y gente que vive en mansiones, pero no sabemos si nuestro país es más desigual que este. Andersen señala que por mucho, en Bolivia, la mayor parte de la población económicamente activa es de granjeros y autoempleados informales que difícilmente pueden generar ingreso, pero sí lo suficiente para subsistir.

EE.UU. no dispone de datos que expresen los resultados del coeficiente de Gini en base al consumo, pero se presume que no sería muy distinto al del ingreso. Por último, Andersen concluye que en todo caso, calcular el mencionado índice en base al consumo en nuestro país, es mucho más real para los estándares de vida, ya que en este mismo sentido, EE.UU. podría resultar más desigual que Bolivia.

El punto es el siguiente: Estados Unidos mide las desigualdades con el índice de Gini, respecto del ingreso y no del consumo, lo cual le permite crear figuras como esta para entender la política y las inclinaciones de los votantes con mucha precisión. Bolivia mide la desigualdad respecto del ingreso, pero ¿qué sucedería si lo hiciera respecto del consumo? ¿Los votantes se inclinarían hacia los candidatos que permiten mayor consumo o mayor ingreso? Realmente sería un cambio sustancial si el enfoque de Andersen (o Laserna), sobre las desigualdades, transformara la forma de pensar sobre nuestros elegidos en Bolivia. ¿Sería una nueva forma de entender la política? Valdría la pena intentar construir una figura similar, teniendo en cuenta que las últimas elecciones tuvieron una asistencia sorprendentemente alta. Esta idea podría servir para ver el verdadero determinante de la popularidad de Morales, por ejemplo.

Las conclusiones de Rodrik y Krugman sobre la figura del politólogo Bartels son por demás interesantes, pero para entender cómo funcionarían esas ideas en Bolivia, habría que tomar en cuenta las ideas de Andersen, respecto de si es más realista medir las desigualdades por ingreso o por consumo.

miércoles, 23 de abril de 2008

El poder y la política

J. Lizandro Coca Olmos

Aunque en el verdadero sentido de la palabra estoy redundando, pues la política implica necesariamente la administración del poder, y no solamente del poder gubernativo. Es el conjunto de acciones que se llevan a cabo dentro del sistema de poderes de una sociedad (o del mundo en la política mundial) que incluye todos los tipos de poder, potenciales y actuales, dentro de las esferas culturales, económicas, gubernativas, institucionales, etc. Destinadas a influir en el comportamiento de dicho sistema, a través de la intervención sobre uno o más elementos del mismo. Pero la redundancia fue, en todo caso, intencionada.

Dentro de este sistema de poderes, el elemento gubernativo (gobierno) es uno de los más peligrosos, puesto que dependiendo de sus actores suele incrementar o disminuir tanto su alcance como su fuerza y, el los casos mas patéticos termina, si no apoderándose, por lo menos practicando injerencias torpes e innecesarias en el resto de los elementos. Esto sucede cuando para los actores de turno dentro de la esfera gubernativa, el poder se constituye en un fin y no en una herramienta. El fin de la función pública ya no es el servicio a la sociedad, sino el controlar la mayor cantidad posible de elementos del sistema. ¿Con qué objetivo? Ciertamente no para entregar ese inmenso poder acumulado al siguiente gobierno. Nadie acumula poder demencialmente sin la intención de mantenerlo en sus manos.

El problema es que las políticas intervencionistas causan procesos de colapso dentro del sistema. Desestabilización de la economía, quiebres dentro de la paz social, incrementos en la inseguridad ciudadana, racismos, regionalismos, resurgimiento de tendencias políticas fundamentalistas e intolerantes, desorden general, etc. Todo porque el elemento gubernativo intenta adquirir la relevancia suficiente y necesaria para controlar todo el sistema.

Por otro lado, cuando dentro de la esfera gubernativa la política y el poder son solamente herramientas para conseguir que una sociedad viva en libertad, igualdad (que no igualitarismo) y fraternidad, lo único que tendrá que hacer el gobierno es consolidar su fuerza (entendida esta como su capacidad de garantizar libertades, derechos y hacer cumplir las leyes) e influir coordinada y muy discretamente en los demás elementos del sistema, tanto para corregir algunas deficiencias de este, como para ayudar en la construcción del orden espontáneo de la sociedad.

En realidad el gobierno no debe ser el gran "Leviatán" descrito por Hobbes, con un poder inmenso para controlar y castigar. Sino un elemento que ayude a la consecución de las múltiples metas individuales (que algunos podrán asumir colectivamente) por las que cada persona debe trabajar, evitando los abusos y excesos de individuos o elementos del sistema que pudieran incrementar innecesariamente su alcance (o poder).

En Bolivia estamos presenciando un proceso a través del que el elemento gubernativo pretende controlar al resto de los elementos del sistema de poderes, alterando el orden espontáneo de la sociedad de una manera muy torpe, incrementando su alcance sin tener la fuerza necesaria para cumplir con sus deberes mínimos, y pretendiendo que pone orden cuando lo que está consiguiendo es desordenar todo el sistema y llevarlo al borde del colapso. Por eso, y no solamente por la crisis internacional, la inflación azota a los bolivianos, el aparato productivo (que es el que genera empleos) se achica, se incrementan los linchamientos en el campo pero también los tiroteos en las ciudades, las diferencias políticas son cada vez más agresivas y belicosas, hay más racismo y regionalismo, los ciudadanos difícilmente hacen planes a largo plazo, etc. Porque el gobierno tiene como único fin el de incrementar su poder, controlar el sistema, conquistarlo totalmente, y conservarlo la mayor cantidad de tiempo posible. A más de dos años de gobierno ¿qué ha mejorado en Bolivia? ¿En qué aspecto de la vida social hemos avanzado? ¿hay menos pobreza, menos desempleo, mayor crecimiento, mayor productividad, industrialización, mejor calidad educativa, mejores y mayores oportunidades para los ciudadanos? No hay nada de eso. Lo que hay, es un gobierno que continúa en su lucha por el poder total (la política como fin), con frentes de batalla por donde mire, sin resultados tangibles, y con promesas de campaña electoral.

un país de Jauja

Luis Christian Rivas Salazar

Primero el gobierno aprobó el 19 de marzo de este año, el Decreto Supremo Nº 29480, para frenar las exportaciones de aceite para abastecer el mercado interno y conseguir la rebaja del precio del producto.

Después, el gobierno aprobó un segundo Decreto Supremo Nº 29524, donde se fijó un bando o tope máximo al precio del aceite, para permitir a las aceiteras que se ajusten al precio, la venta del producto al exterior del país; previo trámite burocrático por un certificado en el Ministerio de Producción y Microempresa, que servirá de aval para poder exportar.

Durante la vigencia del primer decreto, el gobierno amenazó quitar el subsidio del diesel a estos empresarios, sin reparar, en que la efectivización de esa amenaza repercutiría en el precio del aceite comestible; ya que al subir los costes para la producción y comercialización de este producto, por la elevación del precio del diesel no subsidiado, necesariamente subiría el precio del producto oleaginoso, lo cual sería contraproducente a los objetivos que el gobierno pretende alcanzar.

Como resultado de estas decisiones políticas, se empeoró la crisis del aceite, con el riesgo de perderse la confianza por incumplimiento de contratos y la posible pérdida de más de 300.000 empleos, cuyos afectados serian campesinos, agricultores, transportistas, gremialistas, comerciantes, obreros, cargadores, etc.

Para rematar la situación, el vicepresidente Álvaro García Linera manifestó que en Bolivia "terminó" la "jauja" del libre mercado, que ésta pertenece al siglo pasado, aseveraciones que deben preocuparnos. La alusión a "Jauja", se remonta a un valle del Perú, famoso por la riqueza de su territorio y denota todo lo que quiere presentarse como tipo de prosperidad, bonanza y abundancia. Nos preguntamos: ¿la década pasada tuvimos una etapa de Jauja? ¿Y si la tuvimos, acaso no nos conviene tener un periodo de Jauja permanente? ¿O Jauja en el sentido de engaño? ¿Si es así, dónde está el engaño?

Bajo el título de "precio justo" y con el fin de terminar con la libertad económica, el gobierno se ha dado a la tarea de realizar una actividad que en la realidad, significó la bancarrota económica de la URSS. La planificación desde el gobierno, no puede funcionar, ya que éste no tiene la información necesaria ni correcta para asignar precios a los diferentes productos. Los consumidores y los productores generan esa información al comprar y vender. Una planificación, basada en el "precio justo", mataría la competencia y eliminaría los precios del mercado. Esto ya fue ampliamente expuesto en los años 20 por el economista Ludwig Von Mises y posteriormente por F.A. Hayek.

La realidad se encargó de darles la razón. En Bolivia, no sólo se busca controlar los precios, también se fomenta la creación de industrias estatales de diversos productos, lo que de alguna manera eliminaría la competencia y la calidad de los productos para generar privilegios, subvenciones, monopolios a favor de las empresas estatales. Lo que afectaría a la empresa privada, ya que sería muy difícil competir contra el Estado.

Este afán de fijar el "precio justo" se expandirá a otros objetivos. Ahora es el aceite, después serán otros productos. Del mismo modo, la creación de empresas estatales se está expandiendo a diversos rubros (aeronáutica, papeles, cartones, alimentos, etc.). De esta manera somos testigos del crecimiento innecesario del Estado, lo que repercutirá en cobros y aumento de tributos, en desmedro de la población, ya que solventar el pesado aparato burocrático, cuesta.

Cuando una empresa privada fracasa, entra en quiebra y se la liquida, pero cuando una empresa pública fracasa, se expande, nos decía el Nóbel Milton Friedman. El progreso de un país se verifica cuando la mayoría de los valores económicos obtenidos se consiguen mediante la institución llamada empresa privada. Esta es una lección que los políticos en función de gobierno no quieren entender.

La otra lección que se omite deliberadamente, es que el sistema capitalista actúa en beneficio de las masas, especialmente de los más pobres. Los países que asumen estas ideas reducen considerablemente su atraso y solucionan paulatinamente su pobreza. En Latinoamérica, países como El Salvador y nuestros hermanos peruanos, nos mostrarán los resultados, el temple y la fuerza de la libertad económica.

En el ámbito jurídico, en nuestro país todavía se garantiza constitucionalmente la libertad de comercio y de trabajo, y, mientras subsista el satanizado D.S. 21060 y Bolivia sea miembro de la Organización Mundial de Comercio, podemos apelar a algún tipo de protección frente al Estado.

Algunos comparan el comercio con la luz de un faro que atrae extranjeros, como mercancías. Recordemos lo que nos decía Arnold Johnson: "El comercio ha sido audaz y ha alcanzado los oscuros rincones del mundo, pero el mismo permanece por más tiempo allí donde es más bienvenido y mejor agasajado. Allí donde hay faros llegan los navíos; algunos pueden arribar adonde no hay luz alguna, pero con los rayos de bienvenida acuden la mayoría de ellos y los ricamente cargados". El comercio, como el capital, permanece por más tiempo allá donde es bienvenido.

La libertad es una e inseparable. La libertad económica está acompañada de la libertad política; la una sin la otra, sólo puede ocasionar a la larga una sociedad débil e incompleta. La libertad económica es buena, nos beneficia y nos asegura la propia supervivencia. Lo contrario a la libertad es la esclavitud. En Bolivia estamos dando más argumentos para la servidumbre del individuo al Estado; concretamente con el crecimiento del Estado tendremos que someternos a "dictadorzuelos administrativos burocráticos". No tengamos miedo a la libertad, ésta nos pide la propia responsabilidad, la cual debe ser abrazada, no temida.

jueves, 10 de abril de 2008

PROTESTA MUNDIAL CONTRA CHÁVEZ

CONVOCAMOS A TODOS PARA EL DIA DE MAÑANA:
MANIFESTACION, EN LA PLAZA
DE LAS BANDERAS (FINAL PRADO),
DE 11:30AM HASTA LAS 12:30PM.
A LA GRAN PROTESTA MUNDIAL
NO + CHAVEZ
POR LA LIBERTAD Y EL RETORNO DE LA DEMOCRACIA AL PUEBLO
VENEZOLANO
§ POR EL DERECHO A VIVIR EN PAZ EN TODO EL MUNDO POR EL FIN DE LA INTROMISION "CHAVISTA"EN NUESTRO PAIS
§ POR EL FIN DEL APOYO A GRUPOS TERRORISTAS
§ POR LA PAZ ENTRE NACIONES HERMANAS QUE ENFRENTAN PROBLEMAS COMUNES: TERRORISMO,VIOLENCIA, POPULIMOS Y CORRUPCION.
NO TE QUEDES EN TU CASA !!
UNETE A LA PROTESTA MUNDIAL NO + CHAVEZ
demostremos al mundo nuestro repudio a su proyecto político, a su
apoyo al grupo terrorista FARC y sobre todo a su INTROMISION
EN NUESTRO PAIS Y NUESTRA DEMOCRACIA.
Invita a tu familia, a tus hijos, tus amigas y amigos, a tus compañeros
de trabajo a participar en la protesta.

§
Trae una bandera Cochabambina y/ó Boliviana
§ Para garantizar la mayor participación posible, promueve el 5X5, es decir que cada persona a quien invitas deberá invitar a 4 personas mas y asi sucesivamente. Entre todos hagamos que nuestra protesta de repudio sea multitudinaria para que sea escuchada.
§ SI PUEDES FABRICA UNA PANCARTA DE MEDIA CARTULINA BLANCA DONDE SE LEA:
§ NO + CHAVEZ
§ NO + INTROMISION VENEZOLANA
§ SI A LA AUTONOMIA DEPARTAMENTAL
§ SI A LA LIBERTAD Y A LA DEMOCRACIA
§
§ Se recomienda vestir cómodo en tennis y estar bien hidratados
§ Si no puedes asistir, colocar la publicidad en sus carros, casas y negocios
LOS ESPERAMOS A TODOS !!!!

El status de la ciencia

Luis Christian Rivas Salazar

El argentino Mario Bunge, en su obra

La ciencia, su método y su filosofía (1959), nos decía que en nuestro medio (podemos decir que nada a cambiado desde entonces, especialmente en Bolivia), no se ha difundido la noticia de que la ciencia se esta convirtiendo en el núcleo de la cultura moderna, y que durante el último medio siglo han proliferado en Europa, y se han exportado a Latinoamérica las corrientes irracionalistas, que abrazan la intuición, el instinto y el mito. Que gracias a la aceptación de la modas irracionalistas, se niega la ciencia o se la crítica (el caso de H.C.F. Mansilla influenciado por la Escuela de Frankfurt). Continúa Bunge mencionando que en algunos países, el irracionalismo puede interpretarse como un signo de decadencia social, parafraseando al físico y filósofo, podemos decir que en Bolivia, tan necesitada de razón, esa mercancía llamada irracionalismo goza de gran demanda, y suele ser el complemento del analfabetismo y del atraso científico y tecnológico.

Por otro lado, el europeo promedio puede darse el lujo de ser irracionalista, porque conoce o puede acceder al conocimiento mas fácilmente que un boliviano, el europeo puede corregir su retraso, el boliviano no, está entre lo obsoleto y lo moderno. Así Bunge, declara que el irracionalismo es complemento perfecto para cualquier tipo de ideología y pretensiones "por retornar a la colonia, a la economía pastoril, a la cultura tradicional de corte predominantemente histórico-literario", y, es muy difícil dar luces donde rige el oscurantismo, es difícil avanzar donde se enfatiza los desaciertos de la ciencia y se omiten deliberadamente sus éxitos.

Hoy en día, se utiliza mucho la palabra "cosmovisión", palabra que proviene del alemán Weltanschauung, o "visión del mundo", pero muchos que utilizan esa palabra para mostrarnos que existen distintos tipos de cosmovisiones, no se dan cuenta que nos tratan de explicar teorías antropológicas indígenas, recurriendo a teorías importadas. Surge un nuevo tipo de colonización, se piensa en lo indígena desde teorías occidentales. Así se importo desde cómodas aulas europeas, el relativismo cultural. Base teórica del Estado pluricultural o plurinacional.

En el proyecto constitucional del MAS, la ciencia, la investigación científica, la técnica y la tecnológica se subordinan al beneficio del interés general (Art. 104 num. I). Nos recuerda, como la teoría heliocéntrica de Galileo fue subordinada al interés general de la Iglesia, por eso mismo fue acusado por "sospecha grave de herejía", ya que sus descubrimientos ponían en tela de juicio dogmas mayoritariamente aceptados.

Si bien es cierto, que en los numerales II y III, del mismo artículo, el Estado asume el reto de impulsar la investigación científica, divulgarla, promocionarla y desarrollarla, en otros artículos, la ciencia se relativiza, hasta el extremo de ridiculizarla. Por ejemplo, el art. 91, nos dice que la educación superior, desarrolla procesos de formación tomando en cuenta conocimientos universales y saberes colectivos de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos. Como en el art. 35 num. II, nos dicen que el sistema de salud es único e incluye a la medicina tradicional.

Pero debemos recordar, que las teorías científicas, no admiten sexo, identidad, nacionalidad, cultura, etc. Son teorías que tratan de acercarse a la verdad, con la fuerza de su argumentación, lo que importa es su temple no su procedencia.

Muchos, no observan problema alguno, me reprocharán el hecho de que muchas personas se curan con el acceso a la medicina tradicional. Talvez tengan razón, por el efecto placebo. Pero no podemos aceptar que nuestras mujeres y niños, sigan muriendo por no ser atendidos por médicos que juraron ante Hipócrates y más bien, sean observados por un chamán, que invoca espíritus y cura con grasa de reptil. Menos aun, podemos aceptar que en instituciones de educación superior, se enseñe pseudociencias, y que esta educación sea solventada con nuestros impuestos, y peor aun que nuestros futuros bachilleres reciban una educación antropológica, sociológica, espiritualidad mística, descuidando el rigor científico.

La ciencia se diferencia abismalmente de la pseudociencia, los pensadores del Círculo de Viena, nos decían que la ciencia tiene sentido y al pseudociencia, no, ya que la ciencia puede ser verificada mediante la experiencia y los datos, mediante la lógica inductiva.

El filósofo Karl Popper, nos decía que la ciencia de la no - ciencia se demarca por la falsabilidad, de la hipótesis, desde la lógica hipotético deductiva. Si la teoría es susceptible de someterla a la lógica formal y posteriormente a la experiencia, puede ser considerada científica, las teorías que no pueden ser sometidas a refutación, es decir las teorías que no pueden ser sujeto de eliminación de errores, no pueden llamarse científicas. Y Mario Bunge, enumera algunas pseudociencias: la homeopatía, la teología, la ovnilogía, la astrología, parasicología, alquimia, caracterología, el creacionismo científico, el comunismo científico, la grafología, el psicoanálisis, etc.

La pseudociencia se caracteriza porque es crédula no necesita prueba; es dogmática, rechaza la critica; sus principios son incompatibles con la ciencia; es fácil, no requiere rigor; tiene un uso práctico; sus teorías se confirman en todos los casos, son irrefutables; se suele recurrir al misticismo, a lo sobrenatural, etc.

La pseudociencia que pretende ser inculcada desde el Estado condenará al retraso y postergación perpetua a los que se encuentren en su camino. No por nada, el profesor argentino ponía a la investigación científica como la gallina de los huevos de oro, y, quien quiere comer huevos, que alimente a la gallina.

miércoles, 2 de abril de 2008

Libertad o intervención

Luis Christian Rivas Salazar

El satanizado D.S. 21060 en su art. 49, nos dice que: "Los bienes y servicios en general podrán exportarse libremente. Por consiguiente, todo producto industrial, artesanal, minero, agropecuario u otro, cuyo cultivo o elaboración sean lícitos, podrá exportarse sin necesidad de permisos o licencia previas…". Mientras subsista este decreto, tenemos la esperanza de tener libertad económica.

Asimismo, el art. 72 del mismo, nos dice: "A partir de la fecha (1985) se determina que los precios de bienes y servicios en todo el territorio de la República, se establecerán libremente". Lo que significa que los precios, los establece la oferta y la demanda, el mercado.

Para muchos desinformados, el libre comercio es la causa del problema, piden la intervención del Estado, porque: "El Estado debe corregir las desigualdades que provoca el fracasado sistema económico", demagógicamente recurren al viejo y trillado discurso del "idiota latinoamericano".

Pero actualmente, la realidad nos demuestra que la injusticia proviene del Estado. El problema es la intervención. Cuando el Estado interviene en economía por una "buena intención", lo que produce es el efecto contrario, provoca injusticia, aumenta la desigualdad, otorga privilegios, subvenciones, monopolios, empobrece, en otras palabras: "prostituye el mercado".

Los productores, empresarios, empleados industriales, cargadores, transportistas, comerciantes, etc., piden que el Estado deje de intervenir en el mercado, reclaman que les dejen ejercer una de las actividades más antiguas y anteriores a la creación de cualquier Estado, una actividad que se presenta como una institución social de creación espontánea, que permite y permitió la supervivencia de millones y millones de humanos, estamos hablando del comercio.

Gracias a la intervención arbitraria y abusiva del Estado, estamos perdiendo la oportunidad de mostrarnos confiables frente a otros países. Ganarse la confianza es muy difícil y cuando se la pierde es casi imposible volver a recuperarla. No por nada, Alan García, Presidente del Perú, manifestó que la prohibición del gobierno boliviano a la exportación de aceites comestibles "es un error", ya que esa medida también afecta a su país, que compra 18.000 toneladas del producto.

Ante tales declaraciones, el Ministro de Hacienda boliviano, Luis Arce, asumió la vieja postura ideológica del "idiota latinoamericano", dijo: "No podemos aceptar que ningún presidente, de ningún país, nos diga si las medidas (que adoptamos) son buenas o malas", también criticó la política "neoliberal de países como Perú y Colombia". Que por cierto, Perú tiene como asesor económico a un gigante como Hernando de Soto, lamentablemente en Bolivia tenemos a utópicos irresponsables.

Conviene advertir que colombianos y peruanos celebran en Bogotá la cuarta ronda de negociaciones de un acuerdo comercial con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, siglas en inglés), cuyos países integrantes son: Suiza, Noruega, Islandia, el Principado de Liechtenstein, sesiones que terminarán el 6 de abril de 2008, donde se pretende establecer acuerdos comerciales bilaterales, en otras palabras firmar TLC y crear oportunidades para generar trabajo, productos, capital, etc. Ejercer el satanizado Libre comercio.

En Bolivia el "idiota latinoamericano" está en función de gobierno, irresponsablemente puede manifestar que el Estado se ocupará de exportar soya a Venezuela, como lo mantuvo el Viceministro de Transportes, José Kinn, o como dijo la Ministra de Desarrollo Rural, Susana Rivero: "que los transportistas y los pequeños productores no deben preocuparse porque el Estado está en capacidad de comprar la producción". Mentira. Ni qué decir del Ministro Ramón Quintana, que advirtió con emitir medidas más drásticas hasta que los empresarios bajen el precio del aceite. Así el burócrata interviene en la esfera privada. Castiga al que tiene cierto éxito, en vez de estimularlo.

El economista Ludwing Von Mises, nos advertía que la regulación de los precios y la intervención del Estado en la economía conduce hacia el socialismo, ya que cuando el Estado cree que el precio del aceite es demasiado alto, en su intento de fijar un precio tope para el mismo, obliga a producir con pérdidas, por lo que el productor se verá obligado a comprar menos soya. Nadie, en su sano juicio, produce para perder, por lo que, el productor se verá obligado a dejar de producir y vender aceite en un mercado controlado, preferirá realizar otra actividad más provechosa o trasladar su industria a otro país. Por lo tanto, habrá menos aceite para la población. Seguramente, en principio, no fue esa la intensión del gobierno, pero su intervención puede generar efectos no deseados. Un problema mayor y peor surge a partir de unas "buenas intensiones".

El Estado intervencionista, como dice Mises, no admite su fracaso, no se abstiene de manipular los precios, sigue adelante fijando los precios de los factores de producción que se requieran para producir aceite. El gobierno, impone precios, regulaciones, trabas a todos los artículos necesarios para producir aceite comestible: soya, mano de obra, transporte, materiales.

Sin duda los ciudadanos bolivianos, poco a poco se están dando cuenta de la importancia de la Economía de Mercado, pero están aprendiendo con sangre, gracias al intervencionismo estatal. Pero: ¿En esta "Guerra del aceite" dónde está la dirigencia fabril?

Entre las condiciones de la oposición para volver al diálogo, está el pedido de no intervención estatal en la economía. Por eso, se prevé el fracaso del diálogo, ya que el Vicepresidente cerró toda señal de apertura, tras la decisión unilateral del gobierno de no tocar temas económicos en el mismo.

Aprendamos la lección: mientras más intervención estatal, más pobreza y desempleo.

Los ex-socios del MAS

J. Lizandro Coca Olmos

Es paradójico que muchos (lo que implica que no todos) de los que hoy protestan contra el gobierno del MAS hayan sido sus socios en la destrucción del gobierno de Carlos Mesa y es, además, bueno recordarlo.

Durante el período 2004-2005 presenciamos un trabajo conjunto entre Evo Morales y su partido, y muchos de los dirigentes que hoy dicen pretender salvar a Bolivia de la irracionalidad del gobierno. Era una alianza no anunciada ni planificada, una alianza de facto para deshacerse de un escollo en el camino a la toma del poder.

Con una horrorosa falta de sentido de la historia, y con una terrible carencia de espíritu democrático, partidos políticos como el MNR, MIR, NFR, y personajes como Mario Cossio, Hormando Vaca Diez, Rubén Costas, y Branco Marincovic, entre muchos otros hicieron todo cuanto estuvo en sus manos para conseguir el alejamiento de Mesa del gobierno. Pensaban, ingenuamente (como piensan estúpidamente hoy), que existía alguna posibilidad de que representaran una opción viable o ¿esperanzadora? para el conjunto de los bolivianos, y decidieron lanzarse a nuevas elecciones, pero primero, tenían que deshacerse del "equilibrista"

El "equilibrismo" de Mesa, que en buenos términos implicaba la posibilidad de la recomposición de la sociedad boliviana a través de una acertada visión del momento histórico que se vivía, y que requería de iniciar responsablemente y de manera controlada, los procesos de autonomías departamentales, asamblea constituyente y, por supuesto, un redireccionamiento en la política hidrocarburífera, destinado a la readecuación de las reglas de juego con nuestros socios extranjeros, acorde a los nuevos precios internacionales. Además, el gobierno de Mesa le otorgaba a la democracia boliviana la oportunidad de lograr que la política, y no las calles, fuera el verdadero escenario de resolución de conflictos.

Entonces, no es que el Presidente Mesa haya intentado endulzar los oídos de la extrema izquierda y el conservadurismo, ambos son proyectos inviables para cualquier sociedad (si es que se le puede llamar proyecto a sus posturas irracionales), ambos proceden con acciones fascistoides, y ambos, antes de combatir entre si por destruirse, destrozaron la pequeña isla de libertad que representaba una posibilidad de esperanza para la gran mayoría de los bolivianos. Lo que se intentaba, desde mi punto de vista, era lograr la reconstitución de la bolivianidad, rescatando los muchos aspectos positivos de nuestra construcción republicana, incluyendo muchas de las demandas razonables de los grupos sociales inconformes, y corrigiendo muchos de los aspectos de la política y la economía que funcionaban de manera deficiente.

Pero los partidos y personajes que siempre se beneficiaron de los privilegios de poder nunca hubieran aceptado esta clase de "equilibrismos". La corrupción, los créditos vinculados, las licitaciones dirigidas y muchos otros (prácticas que también se ven con el MAS) fueron y son la razón de ser de nuestros viejos políticos, y el único fin por el que acudieron al medio de la política. Lo que, dicho sea de paso, los hace ser cualquier cosa menos liberales.

En los hechos, tanto las tendencias del MAS por volver a la época tribal, como las prácticas mercantilistas de las viejas elites políticas, son actitudes típicas de los partidarios de la sociedad cerrada y, por lo tanto, enemigos de la sociedad abierta. Podríamos decir entonces, que el monstruo de la sociedad cerrada tiene dos cabezas que se llevan muy mal entre si, y que la fuerza de la sociedad abierta, aunque apoyada mayoritariamente por ciudadanos, no ha logrado aun encontrarse a si misma, articularse e identificar su posición.

Es evidente que los ex-socios de Evo Morales nunca sospecharon que les iría tan mal el 2005 (y tan bien al MAS), y que hoy creen (con su inexistente perspectiva histórica de siempre) que derrotado Morales les volverá a tocar el turno. No será nada raro ver nuevamente a los ineptos de Tuto Quiroga y Doria Medina pretendiendo nuevamente ir a la presidencia. ¿Esto quiere decir que hay que apoyar al gobierno y/o qué hay que rechazar las autonomías? Mientras el MAS se porte irracionalmente habrá que resistir su avasallamiento hasta el final de su gestión, y las autonomías hay que aceptarlas pero teniendo en cuenta que no deben quedar en manos de los de siempre. Entre tanto, esperemos que en algún momento los defensores de la sociedad abierta presenten una opción política y, a través de ella, nos propongan su nueva visión de país.