El llamado Socialismo del Siglo XX es un modelo autoritario de gobernar, de carácter caudillista, desorganizado, confuso y caótico. Tiene como propósito eliminar los poderes regionales y nacionales independientes, propios del Estado Social y Democrático de Derecho.
Provoca una creciente intervención del Estado, mediante el gobierno, en la economía
nacional a través de la planificación centralizada de caracter imperativo y fomenta por todos los medios, la desaparición de partidos, grupos de presión, agrupaciones cívicas y movimientos ciudadanos, independientes y democráticos. Favorece la existencia de un sólo y único partido, el oficialista.Se opone a la prensa libre y a la libertad de información y expresión.
Los Gobiernos del Socialismo del Siglo XXI son intervencionistas, confiscadores, estatizadores de la propiedad individual, de las sociedades anónimas y de las cooperativas independientes.
Se enorgullecen por sus posturas tercermundistas y por sus viscerales poses antinorteamericanas.
Provoca una creciente intervención del Estado, mediante el gobierno, en la economía
nacional a través de la planificación centralizada de caracter imperativo y fomenta por todos los medios, la desaparición de partidos, grupos de presión, agrupaciones cívicas y movimientos ciudadanos, independientes y democráticos. Favorece la existencia de un sólo y único partido, el oficialista.Se opone a la prensa libre y a la libertad de información y expresión.
Los Gobiernos del Socialismo del Siglo XXI son intervencionistas, confiscadores, estatizadores de la propiedad individual, de las sociedades anónimas y de las cooperativas independientes.
Se enorgullecen por sus posturas tercermundistas y por sus viscerales poses antinorteamericanas.
Los caudillos del Socialismo del Siglo XXI tienen vocación anti occidental, favorecen el funcionamiento de ejércitos y policías represores, cuya lealtad es lograda mediante el soborno de sus mandos supremos. Las Fuerzas Armadas y las Policías Nacionales además de guardianes violentos del orden establecido, son sostenedores brutales del gobierno.
Los Gobiernos del Socialismo del Siglo XXI , más allá de ser proclives a la dádiva, al prevendalismo y al bonismo; se desenvuelven al amparo de un cuerpo constitucional y normativo de carácter ilegal e ilegítimo.
RED CONFIANZA
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